El Betis es un equipo en la Liga y otro en la Europa League. Y no por las polémicas rotaciones que ha llevado a cabo Pepe Mel, sino por el dispar rendimientoque está ofreciendo el conjunto verdiblanco en ambos frentes. Buena prueba de ello es que en una competición marcha colista y en la otra líder, aunque hay más argumentos de peso que refuerzan esta afirmación.
En la Liga su situación ha ido de mal en peor, ya que la buena imagen que ofreció en los primeros partidos se evaporó muy pronto, y los resultados pasaron de ser discretos a muy malos, de ahí que en estos momentos ocupe el farolillo rojo de la clasificación, con solo nueve puntos en el casillero.
Por el contrario, en la Europa League el Betis se está mostrando como un equipo tremendamente solvente. Tanto es así que superó la ronda previa ante el Jablonec sin despeinarse y actualmente ocupa la primera plaza de su grupo tras haber sumado ocho puntos en cuatro partidos. Es más, en esta competición no conoce la derrota, mientras que el torneo doméstico ya ha mordido el polvo ocho veces.
Otro dato que contrasta significativamente es el referente a los goles encajados. Así, mientrasen la Liga es el tercer equipo que más goles recibe (24), solo superado por Rayo Vallecano (30) y Sevilla (26), en la Europa League solo ha encajado uno, el que anotó Benko para el Rijeka el pasado 3 de octubre. De esta manera, la defensa heliopolitana es la segunda más segura de toda la fase de grupos, ya que el Tottenham es el único equipo que permanece imbatido.
En otras palabras, en función de si el rival es nacional o extranjero, el Betis pasa de encajar 1,84 tantos por encuentro a 0,25. Curiosamente, en términos de goles a favor sí sale mejor parado en la Liga, con una media de 0,92 por choque, por 0,75 en la Europa League.
Pero lo verdaderamente irónico es que, pese a la prioridad absoluta que dio Mel a la Liga con hechos y palabras, las mayores alegrías han procedido de la Europa League, competición en la que han solido participar los teóricos suplentes. El equipo, por tanto, presenta dos caras opuestas y la idea es unificarlas en una sola, o, en el peor de los casos, invertirlas, pues la Liga "es la que da de comer"
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